El pasado 19 Septiembre recibimos en el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, la distinción de excelencia “María de Maeztu”. Conoce el discuro de José Luis Gómez-Skarmeta durante el evento.
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Entrega de distinciones de excelencia “María de Maeztu” y “Severo Ochoa”
Madrid, Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
19-Septiembre-2017
José Luis Gómez-Skarmeta.
En primer lugar, quiero agradecer esta distinción, que supondrá un instrumento para dar impulso a un proyecto científico que nació hace apenas 14 años, y que ha evolucionado hasta hoy a través del esfuerzo conjunto de toda la comunidad del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, incluyendo tanto los grupos de investigación que forman parte de la Unidad “María de Maeztu” como los que no, y todo el personal de apoyo y de administración.
Recuerdo muy bien lo que nos dijo el vicepresidente del CSIC cuando nos veníamos al CABD en 2003: “La forma por la cual el CSIC os va apoyar va a ser permitiendo que volváis a vuestros centros si el experimento no sale adelante”. Esta frase deja muy clara la falta de confianza que había en el éxito del proyecto.
De hecho, el nacimiento prematuro y no programado de nuestro instituto nos ha llevado a lastrar un problema serio de personal estructural de apoyo que nos ha limitado notablemente a lo largo de los años.
A pesar de ello, hemos capeado la crisis y hemos llegado a este punto.
El proyecto de la MdM no pretende parchear este problema, que nos pone en desventaja comparativa con otros centros con más historia. Creemos que esto es responsabilidad de las instituciones, y esperamos que esta mención de excelencia nos ayude a corregir esta situación.
Este proyecto tiene un objetivo puramente científico, que pretende ampliar los horizontes de la biología del desarrollo hacia la biofísica, la modelización matemática y la biocomputación. Todo ello con el fin de determinar como los grupos de células desencriptan la información que contiene el genoma para dar forma, estructura y función a los órganos, tanto en el desarrollo como en la evolución.
Esperamos que con ello nos situemos en la frontera del conocimiento y podamos así alcanzar nuevas cotas de excelencia.
Para finalizar, quiero recordaros, a los que premian (no a los premiados, que lo sabemos muy bien) que sin apoyo a los científicos y a las estructuras de investigación, no hay creatividad, y sin creatividad no habrá Ciencia, y sin Ciencia, señoras y señores, NO HAY FUTURO.
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